Hallan restos de un avión argentino accidentado en Antártida en 1976

Restos del avión Neptune 2P 103, accidentado en la isla Livingston en 1976, fueron hallados por una expedición científica búlgara. Homenajearon allí a las víctimas y entregarán los restos a autoridades argentinas en Mar del Plata.

Una expedición búlgara que transitaba por las gélidas aguas antárticas se topó con los restos de un avión de la Armada Argentina, perdido en el tiempo desde el fatídico 15 de septiembre de 1976. Se trata del Neptune 2P-103, una aeronave que, durante un vuelo de reconocimiento, chocó contra un monte en la isla Livingston, cercana a la península antártica, segando las vidas de los 11 tripulantes a bordo.

El avión, parte fundamental de las operaciones antárticas argentinas, había desaparecido sin dejar rastro, sumiéndose en las profundidades de un glaciar. Sin embargo, el caprichoso destino quiso que el hielo que lo había engullido durante casi medio siglo lo devolviera a la superficie, arrojando algunas de sus partes en la playa rocosa frente al mar.

La tragedia de aquel día en 1976 marcó el peor desastre aéreo de un avión argentino en la Antártida, dejando un doloroso legado de pérdida y desolación. Entre los tripulantes se encontraban militares y el periodista fueguino Rodolfo Rivarola, director de Canal 13 de Río Grande, que acompañaba el vuelo para realizar una nota periodística.

El Neptune tenía como misión realizar un reconocimiento aéreo de la zona de glaciares, fundamental para la planificación de la Campaña Antártica que estaba por comenzar en aquel verano. Cada año, este tipo de vuelos glaciológicos eran ejecutados para recopilar datos sobre el estado de los hielos y planificar las operaciones antárticas en base a dicha información.

El fatídico día del accidente, el vuelo despegó desde la base de Río Grande con destino a la Antártida, llevando a bordo a su tripulación, cuya última comunicación con la torre de control tuvo lugar cerca de la Isla 25 de Mayo. Sin embargo, el contacto se perdió abruptamente, desencadenando una intensa búsqueda que se prolongó hasta el 24 de septiembre de 1976, cuando finalmente se localizaron los restos de la aeronave en la ladera norte del cerro Barnard, en la isla Livingston.

Las condiciones extremas del lugar hicieron que la recuperación de los restos y de los cuerpos fuera sumamente difícil y peligrosa. Trágicamente, en enero de 1977, un helicóptero del Ejército que intentaba acercarse a la zona del impacto también sufrió un accidente, cobrando tres nuevas vidas y llevando a la decisión de concluir la operación de rescate. Los restos del avión junto a sus tripulantes quedaron así en aquel remoto paraje.

Casi medio siglo después, un equipo búlgaro del Bulgarian Antarctic Institute encontró los restos del avión en la orilla de la bahía Falsa. La confirmación por parte de especialistas argentinos de que se trataba del Neptune perdido durante tantos años, brindó un cierre necesario para aquel trágico capítulo en la historia de la aviación argentina en la Antártida.

El hallazgo desencadenó un emotivo acto de homenaje a las víctimas del accidente, llevado a cabo frente a la isla Livingston, en el que se recordó con respeto y gratitud a aquellos que perdieron sus vidas en servicio.

Los restos del avión serán entregados a las autoridades argentinas en una ceremonia prevista para el próximo 20 de febrero, cuando la expedición búlgara haga escala en el puerto de Mar del Plata, cerrando así un capítulo doloroso pero significativo en la historia de la exploración antártica.