Crece el turismo antártico y obliga a la necesaria preservación

Una experta dio cuenta del exponencial y preocupante crecimiento del turismo en la Antártida. Informó que trabajan para minimizar el impacto en el ambiente. Es clave el cumplimiento del Tratado Antártico.

Para que el turismo en la Antártida, cada vez más en auge, sea sostenible y se evite un gran impacto en el ambiente, es clave el cumplimiento del Tratado Antártico, explicó Paula Casela, representante argentina frente al Comité de Protección Ambiental de la Antártida.

Casela, quien actualmente trabaja en el Programa de Gestión Ambiental y Turismo de la Dirección Nacional del Antártico, reconoció que existe preocupación por el crecimiento exponencial de la actividad comercial del turismo en el continente blanco, y que trabajan para asegurar el menor impacto posible.

Entre 2015 y 2020, según datos de la Asociación Internacional de Operadores Turísticos de la Antártida (IIATO), la cantidad de turistas que visitaron la Antártida pasó de 40.000 a más de 74.000. Y se estima que en esta temporada de verano que está pronta a terminar se alcancen cifras récord.

Junto con este aumento, también se da el mayor número de cruceros que realizan expediciones antárticas, la gran mayoría que opera en el Puerto de Ushuaia, considerado «puerta de entrada a la Antártida» por ser el más austral.

«Notamos y vemos un crecimiento y diversificación en el turismo antártico y por supuesto que preocupa, pero desde la ciencia estamos trabajando para el desarrollo de nuevas herramientas para que el impacto en el ambiente no sea tal”, contó Casela.

El objetivo de la regulación del Tratado Antártico es evitar el impacto en el ambiente en la Antártida lo más que se pueda. Para ello, «existen innumerables herramientas que elaboramos las partes en las distintas reuniones consultivas del Tratado Antártico, que es el organismo a cargo de regular la actividad comercial turística en el continente antártico con esta particularidad de tener un acuerdo internacional que lo nuclea en el que intervienen varias naciones”, explicó.

Uno de esos grandes instrumentos con el que cuenta el Tratado Antártico, es el Protocolo de Protección Ambiental. En sus anexos indica medidas y resoluciones que se toman con el fin de preservar el ambiente.

El primero es sobre evaluaciones de impacto ambiental. Toda actividad que se realiza tiene ese respaldo de haber sido sometida a esta evaluación. Además, se tiene en cuenta la preservación de la flora y la fauna, el retiro de los residuos, la protección del área marina o áreas protegidas.

La experta afirmó que «la actividad turística se tiene que ajustar a estos parámetros para realizarse. Tiene que cumplir con estos requisitos y otros como las Directrices de Visitantes«. Se trata básicamente de una ficha con una descripción breve del sitio, los lugares donde se puede desembarcar, flora y fauna en esa zona, qué momento es mejor para realizar la visita, cómo preservar el lugar, la cantidad de buques y pasajeros que pueden ir por día. Todo con el fin de minimizar el impacto y preservar el ambiente.

«Ninguna actividad comercial turística tiene que superar el mínimo transitorio» y si sucede, cada nación debe hacerse cargo y sancionar dependiendo de las leyes internas de cada país, de acuerdo del incumplimiento que se trate. Cada operador turístico responde a un país y aplica las sanciones.

Por último, la especialista se refirió a la Argentina y aseguró que en nuestro país «la cuestión del turismo antártico la abordamos desde innumerables lugares: en las bases, la capacitación de nuestro personal para cuando se reciben visitas, desde el Puerto de Ushuaia para que los operadores se lleven información de primera mano y oficial del Tratado Antártico, con la UNTDF haciendo estadísticas para aportar información con material fehaciente y tener herramientas reales y con estudios científicos para ver cómo impacta esta cuestión en la fauna. Estamos sumamente abocados», finalizó.

(Foto portada: Noticias ambientales)