Comunicación como soberanía: una investigación original sobre la Antártida
La comunicadora Soledad Falco analizó el rol de la comunicación en la soberanía antártica, una faceta poco explorada del continente blanco. Destacó la necesidad de visibilizar la ciencia argentina y de integrar el tema en la educación y el debate público.
Desde 1904, la Antártida ha sido escenario de investigaciones científicas argentinas, aunque el espacio para las ciencias sociales ha sido escaso. En enero de 2024, en medio de un ajuste presupuestario que afectó al sistema científico nacional, la comunicadora Soledad Falco logró viajar al continente blanco para desarrollar una investigación innovadora sobre la comunicación de la ciencia con perspectiva ambiental y su relación con la soberanía.
Falco, quien forma parte del Observatorio en Comunicación y Ambiente de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, exploró tres dimensiones clave en su trabajo: los artículos científicos producidos por investigadoras e investigadores antárticos, la percepción de la soberanía dentro de la comunidad científica y el tratamiento mediático de la Antártida en los medios argentinos.
«Siempre decimos que no se ama lo que no se conoce, y tampoco se defiende», reflexionó. «Si nosotros no conocemos la Antártida y no la amamos, no la vamos a defender. Y si no la defendemos nosotros que estamos preparados, no la va a defender nadie».
En su análisis, Falco observó que la producción académica argentina en la Antártida suele ser publicada en revistas internacionales que emplean toponimias extranjeras, lo que implica una pérdida simbólica en términos de soberanía. Asimismo, advirtió que los medios nacionales citan con frecuencia fuentes británicas, en detrimento del Instituto Antártico Argentino. «Para que nosotros podamos cuidar y defender un territorio que consideramos propio cuando el Tratado Antártico no esté más, tenemos que tener claro que es nuestro», subrayó.
La comunicadora también hizo hincapié en la falta de conciencia social sobre la importancia de la Antártida y su relación con la identidad nacional. «No lo tomamos como un ambiente más. No hablamos de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, sino solo de Tierra del Fuego», observó. Según Falco, esta desconexión se refleja en la educación escolar, donde los contenidos sobre el continente blanco son limitados y carecen de un enfoque ambiental adaptado a la realidad argentina. «Tenemos que pensar cómo les enseñamos todo eso a nuestros pibes para que lo hagan propio», afirmó.
Territorio blanco
Su experiencia en la Antártida, a bordo del Rompehielos Almirante Irízar, le permitió entrevistarse con científicos y guardaparques sobre su visión de la soberanía. «En todos los casos terminaban llorando porque cuando estás ahí tenés completamente claro que estás construyendo soberanía, pero cuando tenés que describirlo te das cuenta que personal, profesional y emocionalmente es un montón», relató.
En ese sentido, destacó el compromiso del equipo científico con la investigación ambiental, mencionando proyectos como el estudio de mamíferos marinos en la Base Carlini.
Para Falco, la visibilización de la Antártida es una decisión política y social. «Hablar de la Antártida es la decisión de dar a conocer ese territorio, de querer construirlo como soberano», sostuvo. Enfatizó la necesidad de una política de Estado que garantice la continuidad de los proyectos de investigación y comunicación sobre la Antártida, evitando retrocesos en la construcción de una conciencia soberana.
Su investigación pone en relieve facetas poco exploradas del continente blanco y abre un debate sobre la forma en que Argentina comunica y se relaciona con su sector antártico. En un contexto de ajustes presupuestarios y desfinanciamiento de la ciencia, su trabajo refuerza la idea de que la soberanía también se construye a través del conocimiento, la educación y la comunicación.
(Fuente: Soberanía Científica, CIC, prov. Buenos Aires)
